UN SUEÑO HECHO REALIDAD

Félix era un niño no muy guapo de unos 10 años que debido a la falta de afecto, ya que sus padres habían muerto en un accidente de tráfico, tenía un comportamiento fatal. A la edad de 12 años tuvo que entrar en un reformatorio. A este llegó un día un cura, Félix decía que la religión era un rollo y que él nunca iría a confesarse con el cura. Un día tenía mucha hambre  y le robó a uno de sus compañeros la merienda, como castigo el director del centro hizo que este pudiera elegir entre confesarse o limpiar el patio del reformatorio; Juan aceptó a confesarse y al día siguiente fue a confesarse con el cura. Le confesó al cura el inmenso dolor que tenía después de la muerte de sus padres. Después de este día el cura se convirtió en un gran apoyo para Félix y dos años más tarde logró que este se convirtiera en un chico ejemplar. Un día Félix se detuvo, mirándose fijamente al espejo y se dio cuenta de que  aunque seguía manteniendo el mismo aspecto desaliñado de siempre, se había convertido en el chico que sus padres siempre hubieran querido.